viernes, 17 de agosto de 2007

A LOS NIÑOS DEL PERÚ
Graciela Zárate León

Niñito de mis costas y mis valles,
pañito de algodón
y fiebre de arrozales.

Niñito de mi sierra y mis montañas,
cantuta avergonzada, temerosa y huraña.

Niñito de mi selva y mi Amazonas,
pececito de río, tardecita dormida.

Juguemos a la ronda de la Vida,
a la ronda de hermanos.

Botoncitos en flor,
semillitas regadas
a lo largo y lo año
de mi patria
amada.

LA LECTURA Y LA ESCRITURA COMO BASES PARA EL DESARROLLO DEL RAZONAMIENTO VERBAL Y EL PENSAMIENTO INVENTIVO

LA LECTURA Y LA ESCRITURA COMO BASES PARA EL DESARROLLO DEL RAZONAMIENTO VERBAL Y EL PENSAMIENTO INVENTIVO

CONCEPTOS BÁSICOS

1. LECTURA: ES UNA IMPORTANTE DISCIPLINA DE LA MENTE

Los procesos cognitivos o cognoscitivos son aquellos que tienen por función reflejar, aprehender, modelar o conocer la realidad objetiva en sus diversos niveles y en diferentes circunstancias y condiciones.

Entre los niveles cognitivos básicos se identifican: la sensación, la percepción, la representación y el pensamiento; además de éstos, otros procesos -que se forman sobre la base de los anteriores y a su vez los enriquecen- constituyen: la memoria y la imaginación.

La integración de todos ellos o en parte, da lugar a la dimensión cognitiva de la conducta intelectual.

RELACIÓN ENTRE CREATIVIDAD Y REPRESENTACIÓN.

La representación es el proceso de elaboración de imágenes; organiza y define la imagen subjetiva de los objetos y fenómenos de la realidad y apoya a que se plasmen la percepción, la memoria, la imaginación y el pensamiento.

Bruner distingue tres niveles de representación:
a. representación por acciones o imágenes motoras propioceptivas
b. representación por imágenes concretas o icónica
c. representación simbólica.

Estos niveles marcan el camino que permite la formación de conductas creativas.

RELACIÓN ENTRE IMAGINACIÓN Y CREATIVIDAD

La imaginación es el proceso de formación y elaboración de imágenes nuevas, desconocidas y singulares que tiene como referente las combinaciones y uniones originales, formados en base a imágenes ya conocidas. (Sanchez y Reyes-1992)

Todo acto de imaginación parte de la representación de la realidad, de algo que ya existe en el repertorio del sujeto y se permite una deformación o alteración de manera simbólica de la realidad.

El desarrollo de la imaginación se caracteriza por el número de imágenes que es capaz de producir el sujeto y que está en constante crecimiento en el niño. La novedad y la singularidad de imágenes permite diferenciar la imagen representativa o reproductiva de una imagen productiva o creadora.

La imagen representativa es la que considera algo nuevo para el individuo sobre la base de la descripción verbal o en forma condicionada y se da mediante dibujos, esquemas, etc.

La imagen creadora es aquella que da imágenes nuevas sin apoyarse en la descripción. Es la función en virtud de la cual se obtienen productos nuevos u originales que se hacen por primera vez.

Se puede afirmar que toda manifestación de conducta creativa requiere la presencia permanente de la actividad imaginante, de manera especial de la imaginación productiva o creadora que lleva a elaborar imágenes nuevas u originales. Es por ello que una de las formas de promover la creatividad en la escuela consiste en estimular la imaginación en los niños.

RELACIÓN ENTRE PENSAMIENTO Y CREATIVIDAD

El pensamiento se define como el modelamiento o reflejo de las características generales y esenciales de la realidad objetiva en el cerebro humano, realizado por medio de la palabra, así como de los conocimientos que ya se tienen y ligado estrechamente con el conocimiento sensorial del mundo y con la actividad práctica de los hombres (Smirnov, 1969).

Con ayuda del pensamiento el hombre llega a conocer las distintas conexiones y relaciones que existen objetivamente entre los objetos y fenómenos y gracias al pensamiento se llega a conocer lo que no está al alcance de su cognición mediante el reflejo sensorial de la realidad.

El pensamiento constituye el proceso cognoscitivo superior que hace posible en el ser humano una mayor aprehensión o modelamiento de la realidad.

El pensamiento comienza a organizarse en el niño a partir de los procesos sensorio-perceptuales y motrices, definiendo diversos niveles de representación. El pensamiento se organiza y desarrolla en la actividad práctica, sin embargo para saltar del plano concreto al plano abstracto y simbólico requiere la participación del lenguaje y la función simbólica.

Así mismo el pensamiento supone la formación de operaciones analítico-sintéticas, de abstracción, generalización, clasificación, seriación y conservación, entre las más importantes.

En el proceso de formación y desarrollo del pensamiento se identifican dos formas de manifestarse: el llamado pensamiento dirigido (reproductivo o convergente) y el pensamiento productivo (creativo o divergente).

La relación de la creatividad con el pensamiento está más vinculada a las formas de pensamiento divergente o productivo, en el cual interviene como elemento mediador: la imaginación creadora.

Pensamiento inventivo: es pensar en forma divergente generando ideas, para luego pensar críticamente a fin de elegir una de las ideas generadas en el paso anterior.

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Texto elaborado por Graciela Zárate León
Nota: Este texto fue desarrollado en base a textos de autores expertos en el tema. Se ha procurado ofrecer ideas-base a los profesores que participaron en una jornada de capacitación ofrecida por la Editorial Santillana.

sábado, 11 de agosto de 2007

Yo te despido amor

Graciela Zàrate Leòn

Cuando vuelvan mis ojos a encontrarte
pasajero de siempre
querida eternidad
yo habré cambiado.

Nuestro cariño no es para estos días
de llanto y de tristeza.
Ha de ser para otras alboradas,
para otras primaveras.

Entonces… podremos enseñar al mundo
el amor de verdad, claro…sereno.

Yo te despido amor.
¡Hasta cien años!

martes, 7 de agosto de 2007

Familia y lectura

Leer para vivir.
La persona vive solo cuando es capaz de satisfacer sus necesidades vitales. De lo contrario se
deteriora, se frustra y hasta puede perecer. La existencia humana es una cadena de necesidades vitales de toda índole: físicas, sicológicas, intelectuales, sociales, espirituales... y responder a ellas es la tarea permanente y más delicada del ser humano. En ello le va la vida.
Existen necesidades vitales evidentes que no admiten discusión: comer, dormir, amar, crear, pero hay otras que, sin ser tan evidentes, no por ello dejan de ser menos vitales. Entre estas últimas se encuentra el hábito de leer.

Aunque son diversas las opiniones y las posturas que se tienen acerca de la lectura como práctica cotidiana, es evidente que leer, ha llegado a ser una necesidad vital de nuestro tiempo; o, al menos, eso parece y eso refleja la gran preocupación que suscita el hecho de que los niños y un poco menos las niñas dejen de leer a temprana edad.

Actualmente, hay talleres para madres y padres, esta demanda, incipiente aún, demuestra preocupación de parte de los padres.

Sin embargo,aunque hay preocupación el número de madres y padres que asisten a dichos talleres es muy bajo en relación al número de niñas y niños.

Se conoce que un número importante de madres y padres son no lectores, o lectores ocasionales. Pese a ello, hay casos en que les preocupa y a veces les obsesiona que sus hijos no lean. Y algunos de ellos buscan fórmulas para incitar a sus hijos a la lectura individual, por desconocimiento, muchas veces, fórmulas equivocadas.

También es cierto que ante la falta de tiempo, la lectura ocupa el último lugar y también en muchos casos, ningún lugar, en la lista de prioridades familiares.

Es importante que padres y madres reflexionen alrededor de esta afirmación fundamental: Para crear el hábito lector en las niñas y los niños, primero, padres y madres tienen que interiorizar y convencerse de que la práctica de la lectura es una actividad capaz de proporcionarnos nuevas perspectivas de vida; que la lectura ensancha el espíritu y abre horizontes nuevos; que nos pone en contacto con la realidad, nos ubica y nos confronta con ella, ofreciéndonos nuevas posibilidades de entenderla; que leer es abrir puertas a un mundo donde se descubren razones para recrear el sentido de la propia vida; que como espacio de cultura la lectura educa a la persona; que la lectura es lugar de diálogo y de intercambio con el pensamiento de otros para construir con ellos la vida; que es punto de encuentro entre la memoria de un pasado, la actualidad de un presente y el proyecto de un porvenir; que por eso, leer -y también escribir- es una forma de recrear continuamente el mundo y un espacio privilegiado de salud mental y de equilibrio de la personalidad.

Es verdad que la lectura tiene también sus exigencias: requiere de esfuerzo y disciplina, necesita tiempo; ha de aprenderse a valorarla por sí misma.También es cierto que la lectura puede ser un verdadero problema para no pocas personas, quizá porque no tuvieron una educación que la privilegiara o estuviera centrada en ella; o porque las circunstancias de sus vidas no la favorecieron, o porque encuentran más cómodo y sencillo utilizar otros medios...

Pero, lo que no se sabe, generalmente, es que renunciar a la lectura es perder la oportunidad de crecer como persona, es cerrar la puerta a otras visiones del mundo, es huir a una comprensión más profunda de la vida, es dejarse llevar por las inercias que aniquilan lo mejor que hay en cada persona, es perder la oportunidad de construirnos como mejores personas, como mejores ciudadanos, como mejores sujetos libres y democráticos.

La monotonía, la rutina y la falta de imaginación suelen ser los inevitables efectos de la falta de lectura; porque en nuestro tiempo ha llegado a ser un factor de equilibrio, un poder que impulsa las potencialidades creativas de la persona y un poder para reconstruir el mundo con capacidad de reflexión y de imaginación.

· Leer es lo mismo que alimentarse.
· Leer es lo mismo que crecer fuerte.
· Leer es lo mismo que vivir.

Base: tema de G. Sagasti
GZL/2003

OKI, EL MONGOLITO

OKI, EL MONGOLITO
OKI, el mongolito (Homenaje a los niños Down)

Graciela Zárate León

Sí, es cierto. Un rumor de mar perenne y una brisa cálida invaden todos los espacios de este puerto mío, que es un puerto norteño del Perú. Sí, es verdad, tiene calles caprichosas, calles sube y baja, calles angostas y anchas, y en medio de ellas, un ir y venir presuroso de andares amigables en el saludo, la sonrisa, el paso apurado por el trajín del mediodía o por la acuciosa impertinencia de las noches.

Y… sí, aquí, un día cualquiera, nació y fue creciendo OKI, el niño down, el mongolito de mis recuerdos.

Su cara redonda, con sus ojos tiesos y estirados hacia los extremos, su mirada adormilada, su cuerpo anchuroso y pequeño, sus piernas menudas y extrañamente acompasadas al caminar, se fueron introduciendo por todos los poros del alma del pueblo. La gente lo fue integrando al mundo y a las experiencias de la vida comunitaria. Y los niños fueron forjando la amistad entre risas y juegos de la rutina diaria, en el parque y en la playa inmensa que cobija y baña a todos con la calidez y solicitud de una madre.

OKI recorría todos los lados del puerto: estaba en las plazoletas pobladas de suave grama y de plantas aromáticas; estaba en el malecón -extensa barra de cemento limitada por barandas con dibujos uniformes; estaba en el muelle, entonces, todavía con su aire de señor de las rondas vésperas y nocturnas del romance; estaba en las esquinas, triángulos de refugios amicales o de ¡holas! inciertos y pícaros.

OKI jugaba y reía con los niños. Y los niños jugaban con él. Oki no hablaba. Sólo emitía una especie de gruñido gangoso para comunicarse "oralmente" con los otros. Le encantaba jugar a "Las estatuas", saltando desde la altura de las bancas de madera del pequeño parque, y quedarse parado con los pies achaplinados y los ojos tan abiertos que parecía iban a salirse de las órbitas; jugaba también el "Ampay", le encantaba correr y correr a pesar de las trabas de sus pies difíciles, hasta tocar el poste central y así salvarse de la persecución chillona de los amigos. También gozaba con las rondas de canciones infantiles que hacían los chiquillos, de rato en rato, en esos momentos intensos en los cuales, sin darse cuenta, todos ensayaban y aprendían la vida.

Pero Oki no iba a la escuela. Eran tiempos de prejuicios arraigados: “que estos niños no pueden estar en el colegio con los niños normales”, sentenciaban todos, desde las voces oficiales hasta las voces familiares. Y no había nada qué discutir.

Sus padres tenían la rutina de contarle un cuento cada noche. Su voz lo iba adormeciendo y en medio de su sonrisa de todas las horas, se iba quedando dormido, mientras, como un suave arrullo, se concluía el cuento de Blanca Nieves y los siete enanitos, del Lobito Feroz, del muñeco de palo Pinocho y muchos más. A veces me pregunto si estas lecturas fueron un factor decisivo en la formación de su espíritu tan gentil y tan lleno de ensoñación.

Pasaron los años como pasan los años en los lugares donde no se vive la dinámica de las grandes urbes, donde los gajos de la vida diaria se van arrancando con ademanes y gestos intensamente rutinarios pero auténticos, sin máscaras. En Oki se fueron perfilando las inquietudes de los adolescentes. Amplió su espacio de acción, se iba lejos de su casa, ensayando horizontes más amplios en otros barrios, en otras plazuelas, a la entrada de los colegios, en el campo deportivo y en las playas de ese mar inmenso de olas y arenas. Se escapaba ensayando la libertad; buscaba a los amigos de siempre y se acercaba a otros, los nuevos, siempre con el deseo de jugar con ellos.

Hacía largas caminatas por la orilla del mar; se echaba, perezoso y relajado, sobre la tibia arena brillante de sol y de conchas diamantinas, ya casi al atardecer, en medio del cielo de celajes retozones, o tornasolado de crepúsculo, después de sus largos paseos sin destino.

En los primeros años de su "adultez" aprendió a fumar. Su “cigarro” era un lápiz blanco que introducía en la boca cerrando soñadoramente los ojos rasgados. Había copiado las posturas del "machito" del pueblo, Calulo, muchachón indomable y hacedor de malas artes. Recostado en una esquina, Oki, con una pierna doblada apoyada en la pared," consumía" el cigarro que mantenía entre los dedos con gran dominio en la acción y con una pose de autosuficiencia que parecía decir "Yo estoy de vuelta de todas partes. Que tenga cuidado quien lo dude”.

Su sonrisa de niño Dawn era un estereotipo en todo el paisaje de su cara. Reía las 24 horas del día y su risa se desparramaba por la frente, los ojos, la nariz, la boca, las orejas, la garganta, la barriga, las manos, aunándose a unos movimientos descontrolados y a unos estallidos agudos que brotaban desde el fondo de su garganta virgen de palabras.

Lloraba con intensidad ante cualquier hecho público de dolor, ya fuera alguna irreparable pérdida o alguna tragedia que pesara en el alma de los porteños. Era un fiel amigo, infaltable acompañante en el entierro de personas que fallecían en el pueblo. Caminaba hasta el cementerio, tan cabizabajo, tan lleno de pesar, y entonces lloraba con suaves y silenciosos quejidos un momento, con graves y fuertes sollozos, otro. Esta queja del alma se paseaba por todo el cementerio y cuando, después de enterrado el difunto, bajábamos en son de procesión esa pequeña cuesta del Cristo de los Brazos Abiertos, Oki aún seguía gimoteando y botando gruesas lágrimas en medio de suspiros ahogados. Danzaba, entonces, un eco de fantasmas alrededor de los asistentes, que cabizbajos emparejaban sus sentimientos al color ceniza de esos incuestionables alaridos y sollozos del "Mongolito".

El color azul del mar, en esa hora mortecina, se mostraba agitado y envuelto en una capa oscura y los pequeños botes saludaban respetuosos sobre el vaivén de las olas inquietas de la tarde.

El 28 de julio, Día de la Patria, el izamiento de la bandera nacional, la misa en la Plaza de Armas, el tinte multicolor del patriotismo del pueblo, terminaba con un desfile escolar.
Estos días de Julio, en el puerto, generalmente tienen el brillo de los días de verano. El sol amanece afable y amable, está en buena forma y en gran disposición para acompañar la fiesta del Perú.

Desde la quincena anterior, los niños y jóvenes ensayan el desfile escolar. Una o dos horas de cada mañana grupos de alumnos y alumnas invaden, con su paso de ganso y al ritmo marcial de ¡uno, dos!, ¡un dos!, ¡un dos!, invaden –repito- el malecón, las calles de la plaza central y las pocas avenidas. Por supuesto, que la interrupción del tráfico genera algunas reacciones, aunque no se llega jamás a la intolerancia.

Durante estos días, OKI seguía fielmente el ensayo de marcha, especialmente en la Avenida Grande. Se le inflaba el corazón de Perú cuando escuchaba los tambores y las bandas estudiantiles con su característico ra-ta-plam, ra-ta-plam- plam-plam. Emparejaba con la última fila de un batallón y se alineaba en la acera aunque con dificultad para avanzar al mismo compás y tiempo exigidos por el apremio de los tambores.

El día central, en medio del colorido y de la algarabía festiva, sorpresiva y furtivamente, OKI se introducía en la pista engalanada, con su bastón de brigadier pintado de blanco que lucía unas borlas doradas y un penacho de cintas rojas. Con la frente en alto y los ojos fijos en su ruta patriota, desfilaba tan erguido, tan concentrado, tan intenso ante la tribuna oficial donde estaban las autoridades como el alcalde, el gobernador, el subprefecto, el Capitán de Puerto, el Jefe de la Policía, los directores de los colegios. Ellos, todos, mordisqueaban una sonrisa entre los ceños fruncidos y la mirada indecisa entre la obligación de observar a los muchachos que desfilaban o el deleite de saborear un momento de ingenuidad bañado de humor tremendamente humano...

Alguien comentó siempre que en el puerto ese día todo tenía un halo de nobleza y que después del almuerzo familiar, en cada hogar, OKI era el tema de conversación:
-¡Qué tal OKI! ¡Qué seriedad para marchar! ¡Qué gracioso muchacho!-Y seguían descripciones coloristas sobre el paso marcial de Oki, el bastón que portaba Oki, las botas tan de acuerdo a la ocasión que usaba Oki, en fin...

Me dijeron que un novedoso trabajo de investigación de algunos alumnos del Pedagógico había recogido información en cerca de 500 familias sobre "Temas de conversación en el almuerzo familiar o social después del desfile del 28 de Julio".El tema Oki alcanzó el 98%. OKI, sencillamente, a su manera, hacía sentir la patria.
...

Hay un coliseo en esta pequeña ciudad norteña. Es amplio. Está ubicado en el lado oeste del puerto. El aire marino invade el recinto y penetra ansiosamente hasta los pulmones. Los pescadores dicen que el aire marino hace mucho bien a los bronquios y pulmones de los niños y niñas, lo cual les permite estar muy fuertes si se trata de afrontar enfermedades. Desde este coliseo se puede ver una hermosa playa y un mar azul, de espumosas olas, muchas veces con una luna que se pasea vanidosa y coqueta en medio de un cielo cuajado de estrellas. El paisaje es parte de la magia de este recinto y de la buena respuesta a la convocatoria de sus eventos. Durante el año se realizan allí actividades deportivas, encuentros folklóricos y diversos festivales, como el de la Canción o el de Lectura de Poemas, o el de Marinera Norteña.

OKI nunca faltó a estos encuentros de gente joven y de corazones más jóvenes aún. Él se ubicaba horas antes, muy cómodamente, en los primeros asientos. Empezaban los números programados, generalmente muy alegres y dinámicos. El aplauso del público era pródigo y se escuchaba acompañado con compases de ¡Hurra! ¡Dale! ¡Bravo!, según fuera la ocasión.

En los momentos de intermedio, Oki fungía de artista improvisado. Mientras las bandas interpretaban alguna canción de moda, sabrosa en su ritmo, él se paraba, abría los brazos, hacía un profundo y reverencioso saludo al público, dejaba su sitio, avanzaba y se situaba en el centro, en el lugar más visible. Todo su cuerpo estaba lleno de ritmo al caminar, empezaba con pasitos cortos y saltarines y luego bailaba, bailaba extasiado y absorto, en medio del aplauso del público y de la chiquillada que gritaba: ¡Buena, OKI! ¡Dale, OKI! ¡Mueve la cintura, Oki! ¡Así!

Oki entraba fácilmente al corazón .Era un mago que transformaba los espacios, las sensaciones, las emociones, los pensamientos en algo bueno y amable. La segunda parte de cada evento, generalmente tenía un clima diferente, como si en ella trajinara la magia de una sonrisa inédita y de un aplauso en eco intenso.

Últimamente Oki tuvo un "contrato de trabajo" en el cine. Era un empleado muy puntual. A las seis de la tarde, con aire de "hombre serio y responsable", Oki salía de su casa, muy aseado, correctamente vestido, muy bien peinado, y no se detenía ante nada hasta llegar a la puerta principal del cine Gloria. Entraba apresuradamente, buscaba sus implementos para la limpieza, encendía las luces, revisaba los asientos. A veces, barría y, si había un poco de público, se subía al escenario y hacía piruetas o representaciones graciosas, nunca maliciosas ni vulgares. La gente se iba instalando en las butacas, lo aplaudía y él agradecía doblando la cintura e inclinándose hacia adelante con una venia muy sofisticada, como de dibujos animados. Su sonrisa irradiaba en toda su cara, como cuando se parte una sandía y su color interior anuncia un sabor dulce, dulce.

Nunca alcancé a descifrar ese toque de inteligencia total. A veces creo que de alguna manera él sentía lástima de los demás o de todos nosotros. El color de su sonrisa lanzaba este mensaje: Yo soy más feliz y más libre que todos ustedes. Yo soy único. Soy transparente. Soy auténtico.
...

OKI murió. Un día cualquiera, murió. Su padre me dijo, llorando: "Mi hijo tenía 25 años y 3 días, maestra. El pretexto fue un dolor de estómago. Su corazón estaba muy débil. El médico me dice que no llore tanto por mi niño, que lo que él ha vivido equivale a muchos años de vida en cualquier otra persona con el sindrome de Dawn". El papá se consolaba mucho repitiendo esta explicación, con los ojos opacados por el vaho de una lágrima.
...

OKI, el amigo OKI. Todos sabemos que el cuidado amoroso de sus padres y el cariño de la gente de su pueblo cubrieron de afecto y de comprensión a este niño-hombre irrepetible.

(Publicado en el libro "Razones para seguir viviendo"- 1984)

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO
Un cuento-parodia
Graciela Zárate León

Amaneció la Tierra de este lado con un sol dorado, refulgente. Caperucita Roja saltó de la cama. Escuchó que su mamá le decía:
-Caperuza, no olvides ponerte la capita roja, porque hoy, que es martes- te toca encontrarte con el lobo y correr hasta la casa de la abuela.

Caperucita abrió la llave de la ducha, reguló la tibieza del agua y se metió entre los chorritos que caían oblicuamente sobre su cabeza. Pensaba:

Menos mal que estoy en una casa con ducha y no tengo que bañarme en una batea como lo hacía cuando recién inventaron el cuentito éste.

¡Ay! ¡ Qué fastidio!¿ Acaso porque a un señor se le ocurrió contarles un cuento a sus hijos, y se inventó una niña, un lobo y una abuela yo tengo que hacer eterno ese cuento y vivirlo de veras cada día martes de cada semana, por los siglos y los siglos.
¡Ah, no!

Tomó su desayuno. Su madre la miraba, embobada. Era su hijita linda, pechocha, que había vuelto famosa a toda la familia.

-Chau, pequeña –le dijo. Acuérdate que el lobo te espera en el bosquecito y …bueno… ya te sabes el cuento de memoria.

-¡Ah, no! –pensó Caperucita. Hoy va a ser un martes diferente. Voy a conversar mi plan con el Lobo del Bosque.

Disminuyó la velocidad de sus pasos y se fue directamente hasta donde estaba el Lobo, esperándola. Sus patas peludas no daban miedo sino risa. Caperucita se acercó y le dijo:

-Oye, Lobo. ¿Qué tal si hacemos hoy algo diferente. Hacer todos los martes lo mismo ya no tiene mucha gracia. ¿Qué podemos hacer?...

-Oye, Lobo, ¿qué tal si en vez de ir donde mi abuelita, tú te vas a la escuela y yo me paseo por el bosque?

El Lobo la miró algo desconfiado y le contestó así:

-Pero, yo nunca he ido a una escuela. Dicen que allí los niños están calladitos, sentaditos, bastante sonsitos. No, no. Además, no tengo ni cuaderno, ni lápiz, ni libro.

-Eso no es problema. Tú te acercas a la profesora y le dices que por este único día el autor del cuento nos ha cambiado el nombre y tú eres Caperucita Roja y te das una vuelta para que vea toda la caperuza que llevas encima.

-¿Y tú, qué vas a hacer? Nunca nos hemos escapado del cuento. ¿Tú crees que no me preocupa que te encuentres con los cazadores y te disparen con su escopeta y luego te lleven al zoológico?
Yo seré un Lobo Feroz pero no soy un Lobo Malo, je, je, je.

Los dos se pusieron de acuerdo en cambiarse los nombres y en encontrarse en ese mismo lugar a la salida del colegio: 4 p.m.

Caperucita caminó por donde quiso, saludó a muchos pobladores de la zona y siguió corriendo y saltando a lo largo del Bosque; ella estaba feliz, libre como el viento. Era su primera aventura y su primera mentira. ¡Ojalá le esté yendo muy bien al Lobo – se dijo.

Igualmente, el Lobo estaba feliz en el colegio. Los niños estaban muy cariñosos con él. Le decían “Amigo Lobito” Y a él nunca le habían dicho su nombre en diminutivo y por eso le sonaba tan bien.

Hasta las 12 del día todo fue bien.

Pero ninguno de los dos había pensado en la Abuelita del cuento.

Pues bien, escuchen lo que pasó.

Hasta las 10 de la mañana la Abuela estuvo muy tranquila, nadie le tocó la puerta, así que se levantó tranquilamente, tendió su cama, puso música de su tiempo y hasta bailó una cancioncilla de antaño.

Pero, iba pasando la hora y no venía el Lobo; tampoco vino Caperucita. Y ELLA ESTABA YA MUERTA DE HAMBRE.

Así que a las 11 de la mañana, su estómago empezó a sonar muy fuerte porque estaba necesitando comer las galletas, la fruta y todo lo que le traía su nieta. Empezó a gimotear: mnnn mnnnn mnnnnn.

Luego, salio a la puerta y gritó: ¡Gente de mi pueblo!… ¡Me muero de hambre!
Avanzó unos pasos hasta la entrada al Bosque y siguió gritando: ¡POR FAVOR, HOY NO HAN VENIDO NI EL LOBO NI CAPERUCITA!… ¡ALGO LES DEBE HABER PASADO!
¡ME MUUEEROO DE HAMBRE! ¡POR FAVOR, VAYAN A BUSCARLOS!…¡AVISEN A SUS PADRES!…¡VAYAN A TODAS PARTES!… ¡PREGUNTEN A TODAS LAS PERSONAS, AL ALCALDE, A LOS PROFESORES!….BU, BU, BUUUUUUuuuuuu…….

Desde la iglesia empezaron a tocar las campanas. Todo el pueblo se reunió…. Y comentaban este extraño suceso.

Por supuesto que los encontraron. Fue así:

La mamá de Caperucita se enteró que ella le había mentido, que había faltado al colegio y que se había divertido de lo lindo, sin permiso. Estaba enojadísima.

Al Lobo, lo riñeron el director, la profesora; los niños le gritaron MENTIROSO; los cazadores creyeron que se había comido a Caperucita y que quería congraciarse con todos los niños, para ir comiéndoselos de uno en uno.

Y lo más grave fue que ese día se canceló la repetición del cuento todos los días martes de los años y los siglos.


(….Pero, aquí, entre nosotros, Lorenita, sabemos que el cuento sigue viviendo en una gran cantidad de libros y en el mundo entero. ¿Cometerán otra travesura? )

POR UNA PEDAGOGÍA DE LA LECTURA COMO PILAR Y FORTALEZA DE LA DOCENCIA Y DE LA SOCIEDAD

POR UNA PEDAGOGÍA DE LA LECTURA COMO PILAR Y FORTALEZA DE LA DOCENCIA Y DE LA SOCIEDAD

Por: GRACIELA ZÁRATE LEÓN

Tempo Giardinelli, en su libro Volver a leer nos ofrece una excelente definición de Pedagogía de la Lectura. Dice lo siguiente: “Consiste en el estudio de las actitudes, habilidades, prácticas y estrategias de lectura de una sociedad determinada. Incluye el análisis de usos y costumbres en los modos de lectura, la investigación y las propuestas tendientes al desarrollo de una sociedad de lectores, y se apoya en los mediadores de lectura, que son aquellos que actúan profesionalmente en el campo de la educación (docentes y bibliotecarios) y también los familiares, que son los primeros y más cercanos inductores de lectura de toda persona.

Pero fundamentalmente –y este es el objetivo primero y principal de la pedagogía de la lectura- lo que se busca es sembrar la semilla del deseo de leer y estimular todas las posibles prácticas lectoras. Procura que todas las personas lean y se orienta a fortalecer los hábitos lectores de las personas que ya leen, y a brindarles ideas y estrategias para que ellas mismas ayuden a que más personas quieran leer”

En este contexto, son claves palabras como: actitudes, habilidades, prácticas y estrategias, ellas se presentan como palabras mayores, ya que precisan campos del conocimiento que todo docente debe manejar con total dominio, tanto en la conceptuación teórica como en su práctica experiencial.

Igualmente, las voces: análisis, investigación y propuestas, centran la atención en la personalidad profesional crítica y reflexiva que debe caracterizar al docente, es decir, que el accionar de su labor exprese un buen uso de los niveles altos del dominio intelectual, aunados a una capacidad creativa comprometida solidariamente con los retos educativo-sociales y con la urgencia de dar respuestas efectivas para ellos.

Apoyo, mediadores, bibliotecarios, padres de familia, constituyen también expresiones que ubican al docente como un eje mediador central en todo campo de trabajo de pedagogía de la lectura, fundamentalmente en las relaciones humanas de primerísima importancia: docente-docentes, docente-bibliotecarios, docente-alumnos, dentro de la escuela; docente-padres de familia, docente-comunidad, más allá de ella.

El docente, debe ser un profesional pedagogo, buen lector. Es la única manera de saber qué se siente siendo lector, qué es la pasión por la lectura, qué es enriquecerse a través de ella, qué es manejar un vocabulario amplio y preciso, qué es sentir placer, amor y ganas de leer, cuáles son las ventajas que va dando la lectura, qué pasa en el pensamiento, en la memoria, en el comportamiento, en los sentimientos, en la autorreflexión, en las convicciones cuando se lee y cuando orienta la lectura de los demás, debe saber cómo lee, qué estrategias utiliza al leer y cuál es la efectividad en su uso.

Una personalidad lectora en el docente se traduce en la amplitud de sus conocimientos, criterios y conducta; en tener a la mano recursos para la complementación de los temas que desarrolla con sus alumnos, recursos convincentes, refrescantes, interesantes, novedosos. Ser un exponente pedagogo lector hace de un docente, un maestro que es capaz de contagiar el placer de leer a sus alumnos, y a través de ellos, a sus padres.

La no lectura en una sociedad humana, hace al ser menos humano pues la lectura moviliza en cada persona todas sus instancias intelectuales, afectivas y espirituales. La no lectura las anula y detiene la marcha de una sociedad hacia su desarrollo y realización democrática, ciudadana, cultural y ética.

Una Pedagogía de la Lectura debe ser reclamada clamorosamente por todos y, especialmente, por los docentes. Se debe abogar por una pedagogía que no se refiera solo a la formación en las aulas o centros universitarios para alumnos y docentes, sino que sea una meta social y universal que esté presente en los espacios abiertos y múltiples de toda comunidad.

Se debe luchar con las armas más nobles hasta que en nuestro país se respire una pedagogía lectora popular, masiva, pero muy celosa de su calidad y de su respeto a los derechos de toda persona.

A los docentes nos toca ser líderes en este campo, pues, esencialmente, es nuestro verdadero campo de acción y nuestro verdadero ideal profesional.


UNA EXPERIENCIA CON NIÑOS DE 3 y 4 AÑOS
BASE: POEMAS EN SON DE TRINOS Y FONOTRINOS
AUTORA: GRACIELA ZÁRATE LEÓN

¡Kíok kíok kíok!
¡Kíok kíok kíok!
Tintinnabulum
Cascabel tilín
Pregón de violín
Pájaro de abril

Campanilla alegre
de un perfecto
orfebre.

Ier. Momento
1) Observar en el jardín , el vuelo de los pajaritos.
2) Imitar el vuelo de los pajaritos(profesora y niños).
3) Escuchar el píar de los pajaritos.
4) Imitar el píar de los pajaritos, corriendo y piando libremente
IIdo. Momento
5. Escuchar la lectura de un poema (lee la profesora, destaca la entonación, da la nota de alegría al poema con gestos graciosos y expresiones sonrientes)
6. Repetir los fonotrinos del poema (inicia la profesora)
7. “Volar” por el jardín repitiendo los fonotrinos (no interviene la profesora)
8. Comentar libremente la experiencia (niños-profesora)
Nota: concluir con un dibujo libre.


Graciela Zárate León: Promotora y consultora de lectura. Escritora de poemas,
relatos y cuentos infantiles.




Nota: concluir con un dibujo libre.


Graciela Zárate León: Promotora y consultora de lectura. Escritora de poemas,
relatos y cuentos infantiles.