EL LIBRO DE LA VIDA
Cada uno de los seres humanos es el hacedor de su propia vida. Cada uno de los seres humanos escribe su historia. Cada uno de los seres humanos es el autor de sus propias páginas de Vida.
Llegamos al mundo y cada persona registra en la primera hoja de su libro, el nombre de sus padres; este nuevo ser tendrá para siempre la huella genética y afectiva de padre y madre. Estas primeras líneas son importantísimas para toda persona. A partir de ellas, empezamos a escribir en las páginas blancas, nuestros primeros acercamientos al mundo, a los seres humanos, a todo lo que nos rodea. Empezamos a escribir las páginas del día a día: la infancia, los primeros años. En estas hojas iniciales se escriben y se repiten los nombres de aquellas personas que nos acompañan en nuestra etapa de niñez, registramos cómo nos ayudan a instalarnos en el camino del vivir. Vamos grabando las huellas alegres y/o dolorosas de nuestro mundo de pequeños. Aprendemos bien o mal : ¡el hogar! ¡los padres! los abuelos! ¡la familia! ¡los vecinos! ¿Cuántas páginas de nuestros primeros años están hospedadas en nuestro yo profundo?
Llegamos a la escuela. Otro momento especial en nuestra historia de niños: el mundo de las primeras relaciones, de los encuentros y desencuentros, de las sorpresas, los amigos y amigas, el gusto de los juegos, de las fiestas de cumpleaños, de los juguetes, las preguntas, las letras, los cuentos, los castigos, las travesuras, los profesores, los adultos…¡Saber! ¡Aprender! ¡Escuchar! ¡ Soñar! ¡La realidad! ¡La Vida, que se va haciendo más Vida! Y ¡cuesta aprender a vivir! Y se siente que ¡es hermoso vivir! ¿o quizá que no es así? Y que ¡es difícil vivir! ¿O no? ¡ Y que cada día es extraño y misterioso, intenso! ¡Cada día, cada encuentro, cada descubrimiento! ¡Cada quien con sus cosas! ¿Y el libro de la vida? ¿Qué escribimos en él cada día? ¿De qué color son sus líneas? …Todos los matices se presentan como fondo de esas nuevas páginas de vida: la alegría, la tristeza, la indiferencia, los cargos de conciencia. Y luchamos con los ogros y vencemos, y caminamos de la mano con el hada Campanita y sonreímos y de vez en cuando somos los Pinochos que ensayamos las mentirijillas locas.
Luego, empieza la pubertad, la primera adolescencia; la casa y el hogar se distancian transitoriamente en nuestros afectos, la escuela, la secundaria, los amigos, las amigas, los rubores, las glándulas, la adrenalina, todo se aviva y se revoluciona dentro de nosotros y se mira la naturaleza y los sentimientos con ojos nuevos. ¡Ser joven es lo máximo! La risa está presente en cada rostro y en los grupos de muchachas y chicos alegres. Se olvidan o se disfrazan los pesares…Los días tienen el sabor de los nuevos despertares… ¡Oh, el corazón! ¡Qué de cosas gratas! ¿Errores, dolores, ilusiones, desilusiones? Sí. ¡Hay de todo! ¡En la adolescencia hay de todo! ¡Pero es maravilloso Vivir! … ¡Las pillerías con los profesores! ¡Las pequeñas burlas a la ternura paterna! ¡El humor de los momentos plenos! ¡El juicio crítico a flor de labios! ¡La toma de distancia frente a los padres, profesores, frente a los adultos! ¡Yo soy un mundo! Dicen los jóvenes. ¡Cada adolescente es único, cada joven ¡es lo máximo! Las páginas de sus libros están llenas de borrones, a veces para que nadie las lea, son tan íntimas, tan propias, tan intensas; otras veces, por el contrario, tienen tachas porque se han cometido errores y hay que tacharlos… o borrarlos. Otras veces, las páginas son rosadas, o del color del sol, o bordadas con el manto de la luna. ¡Son las páginas del autodescubrimiento, del despertar, del amor, de los nuevos espacios del pensamiento y de los sentimientos!
¿Cuesta crecer? Puede ser. ¡Pero es maravilloso sentir que a los 17 ó 18 años se es una persona que siente todos los latidos de su sangre! ¡En sus libros los jóvenes escriben sus páginas azules, las páginas de los sueños, de las expectativas, de los ideales, de los anhelos. Y graban en ellas, también, el temor frente al porvenir. ¿A dónde voy? ¿Qué voy a hacer de aquí para adelante? Y hay nudos en el alma y hay insomnios y hay desazón. ¡Y se desean tantas cosas! ¡Y atemorizan tantas otras! ¡Las páginas de Vida son pura fibra de papiros riquísimos, en los cuales se plasma la figura delineada de un ser humano, que empieza a ser independiente, que empieza a expresar lo que ya es: razón, sentimiento, valores, de los cuales tiene que responder per se, por sí mismo.
1978: Un año que termina, para todos. Pero, un año especial para una generación de jóvenes, quienes, prácticamente, hacen su entrada al mundo de los grandes, de los adultos, al mundo de la primera mayoría de edad.
Y esta generación, la de ustedes, mujeres jóvenes, está aquí, vive en Perú, en un pequeño distrito norteño: San Pedro de Lloc o en Pacasmayo, distantes uno del otro en 8 kilómetros. Las páginas del libro de cada una de ustedes serán, a partir de ese momento, una sucesión de hechos significativos, grandiosos; almacenarán los retos, las proezas, los riesgos, la aventura; y en todos los renglones y los ángulos de su Hoja de Vida se reflejará la valentía para enfrentar problemas, los avances en la realización, las dificultades y la búsqueda de soluciones acertadas, su tesón, sus desánimos, las frustraciones, la esperanza, sus respuestas. El libro de cada una será su propio encuentro, reflejará sus relaciones consigo mismas, con la vida cotidiana; ustedes apuntarán en sus renglones lo que van escogiendo de la Vida, lo que les interesa construir, lo que va definiendo su personalidad y su carácter. Unas lo harán bien, otras, no. Con los errores también se aprende.
Cada página irá reflejando también sus enlaces con el mundo exterior, porque nada es ajeno al devenir de nuestra vida, todo cobra sentido en ella: lo más real y lo más fantástico. Sus libros irán marcando el crecimiento, la madurez en el amor, en la amistad, en la solidaridad. Y entre líneas se leerá que en cada una de ustedes hay una vocación de optimismo, de esperanza, de alegría, de sintonía con las cosas buenas de la Vida… a pesar de todo.
Escribir bien un libro es un oficio muy difícil y arriesgado, sobre todo si tenemos presente a los destinatarios, que indudablemente, son muy especiales para cada una. ¿Quiénes son estos destinatarios? Uno mismo, la familia, los padres, los hermanos, los hijos, los nietos, los amigos, los alumnos y alumnas, los que caminan a nuestro lado. Y más aún, la generación a la cual se pertenece, el pueblo, el país donde se vive, y más aún, el continente, el mundo. Cada una de ustedes es parte de un todo y cada una cumple un rol dentro de él, haciendo el mundo mejor o peor, justo o injusto, bueno o malo. ¡Cada una de nosotras es muy importante! La suma de una generación mundial, da el nivel de vida que los seres humanos tenemos cada día, cada siglo, cada época. ¡Somos irrepetibles y trascendentes! Nuestra responsabilidad es con nosotros mismos y con los otros seres humanos del mundo.
Ustedes constituyen una generación de fin de siglo y de entrada en otro siglo y en otro milenio. ¡Esto es algo absolutamente significativo! ¡Una gracia de Dios y de la Vida! Ustedes vivieron en esos 25 años posteriores a su 5to de secundaria, hechos mayores que han marcado la historia de nuestro país, expresados en la locura violenta del terrorismo. Madres y/o profesionales, ustedes tuvieron que afrontar en sus años jóvenes la más grande epidemia de confusión y de corrupción que atravesó todos los espacios de nuestro Perú, cuyas secuelas constituyen aún, ahora, uno de los aspectos más graves de nuestra marcha hacia la recuperación del espíritu nacional que quedó tan herido y tan maltratado con tanto engaño, con tanta corrupción.
A nivel del mundo, en estos 25 años han ocurrido muchos hechos trascendentes y cambios muy complejos. A ustedes les toca vivir este tiempo del reacomodo de los países y de la sociedad, frente a un mundo que ha trastocado su escenario político, que ha instalado una tecnología revolucionaria, que ha globalizado y neocapitalizado al planeta Tierra, y cuyas consecuencias son impredecibles.
La humanidad contempla absorta e incrédula las nuevas sofisticadas invenciones del hombre: Vivimos en la era de la Cibernética, los medios de comunicación han alcanzado niveles sorprendentes de modernización que nos permiten captar los acontecimientos de todo el mundo en el mismo momento de su ocurrencia; la informática es la ciencia que en la actualidad atrae la atención de la humanidad y ha generado increíblemente un poder y una riqueza de incalculables valores. En suma, la política que impera en el mundo es el neoliberalismo; la economía liberal de libre competencia y de mercado único; la filosofía, es la Utopía. Estos son los signos de la Modernización con sus drásticos componentes: el cambio, la competitividad, la privatización, la calidad total, la tecnología de punta, la acreditación.
Pero el signo inconfundible de esta modernidad es la Crisis Mundial. La sociedad se ha vuelto indolente, insolidaria, fría como las máquinas. Los valores fundamentales como el amor, la solidaridad, la ética, la justicia, la libertad se han devaluado y se asiste hoy a la desmembración de la familia y el hogar. El individualismo ha permitido que surja el pandillaje, la drogadicción, la violencia, el sexo, la prostitución. Éstas son las peores consecuencias y en un país como el nuestro tienen una repercusión muy peligrosa.
En este nuevo rostro del mundo y de la sociedad peruana, ¿cómo están escribiendo ustedes sus páginas de vida? ¿Están preparadas para asumir estos retos que invaden nuestros espacios? ¿Están preparadas para traducir el caos, el mal, la confusión, la intolerancia y la opresión, y ser partícipes en el cambio hacia la bondad, el equilibrio, la libertad y la tolerancia?
Se necesita hombres y mujeres que sepan escribir, en medio de todos estos nuevos rumbos, las páginas de esperanza; se necesita hombres y mujeres que llenen las hojas de sus vidas con la conciencia de que hay que construir un proyecto sugestivo de un mundo mejor.
Ésta es la era del conocimiento. Hay que agilizar la mente. Hay que dinamizar la acción. Pero una mente y una acción preparada para construir un mundo mejor, con un afinamiento en la sensibilidad y un espíritu renovado en valores. Hay que leer en otros libros lo que está ocurriendo, hay que leer en el contexto lo que está sucediendo, hay que activar nuestros procesos intelectuales, afectivos y volitivos que nos permitan “saber leer”, vale decir, constituirnos en personas analíticas, críticas, opinativas de la información y de los hechos que nos rodean tanto a nivel individual como colectivo; hay que leer, leer mucho; y hay que enseñar a leer, en la casa, en la escuela, en reuniones amicales, en la profesión, en el taxi, en el colectivo. Leer debe ser una consigna para todos. Al Perú hay que devolverle su conciencia lectora y tenemos que hacerlo desde el interior de uno mismo, de cada una de nosotras.
La lectura es una de las mejores disciplinas de la mente. Leer nos abre la mente, nos hace crecer, enriquece nuestra expresión, nos da ejemplos de vida, nos permite ser mejores personas, mejores ciudadanos, mejores demócratas.
…
Cuídense ustedes en su yo personal y social. Crezcan todas cada día como adultas, y cuiden sobre todo a los niños y niñas, hay que leerles mucho porque los libros son páginas de vida y de experiencias que otros nos van dejando como legado, como herencia.
Lectura y Literatura son dos grandes fuentes y fortalezas para poder transitar por la vida con mayor seguridad, ambas nos permiten descifrar el mundo, nos permiten ser libres e independientes, nos permiten alcanzar la memoria de la humanidad a través de voces seleccionadas por el tiempo, nos permiten formarnos un espíritu crítico, cualidad muy escasa en nuestras sociedades contemporáneas y en nuestro país, en el cual la educación está declarada en emergencia.
La vida de cada una de ustedes es muy rica, tanto aquella que ya fue escrita en su libro, como aquella que empezarán a escribir a partir de esta fecha que conmemora 25 años más en la aventura de ser y de existir. Éste es un reencuentro de mujeres buenas, de personas realizadas en el hogar, en la profesión elegida. Ambas situaciones son hermosas y pletóricas de experiencias.
Los 40 años de vida son aún años jóvenes. El hecho de la maternidad es –felizmente todavía- un signo de nuestros pueblos en pro de la Humanidad. Por eso, a todas las madres biológicas de esta promoción, les ofrezco un reconocimiento y un beso cariñoso. A todas aquellas mujeres profesionales de esta promoción, mi reconocimiento por su trabajo en pro de los niños y jóvenes y de la sociedad en general; y a todas aquellas mujeres solteras de esta promoción, mi reconocimiento por su forma de transitar el camino de los años, dentro de los nuevos estilos de construir la experiencia de vivir.
Todas son mujeres cristianas, que tienen la huella de una educación religiosa dada en este querido colegio Santa Teresa de la Inmaculada, que tienen la convicción de que sus maestras y maestros les han dado afecto, mucho afecto, sano afecto, sin dobleces ni medias tintas, en cada uno de los momentos que la vida nos regaló al lado de ustedes.
Para mí fueron y son la expresión de una generación noble de corazón y abierta a los componentes de una sociedad moderna, a la cual hay que ir conociendo y hay que seguirle los pasos, aceptando lo bueno y nuevo que nos ofrezca y protestando como sociedad civil frente a aquello que sea tendencioso o equívoco en el camino de construirnos como personas y sociedades humanistas.
Las quiero y en ustedes, traduzco mi cariño para todos mis alumnos y alumnas de todos los años de mi quehacer.
“Ved la vida como una pradera en donde los humanos estamos llamados a florecer y florecemos precisamente en la medida que somos artistas, en la medida que hagamos de nuestra vida una obra de arte.” (J.J.Santiago).
Que al escribir sus Hojas de Vida en el Libro del Destino que se van trazando, sean auténticas creadoras, grandes y trascendentes en valores; que cada página de sus días refleje su corazón, su sentimiento, su talento, su oficio, su ansia indoblegable de contribuir a que la Humanidad sea mejor.
Muchas gracias.
Graciela S. Zárate León
Clase del Recuerdo a las alumnas de la Promoción 1978 “Graciela Zárate León”- Colegio Santa Teresa de la Inmaculada de San Pedro de LLoc
miércoles, 19 de marzo de 2008
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